¿Cómo explicarle la Argentina de Macri a un extranjero?
Federico Fernández

Senior Fellow del Austrian Economics Center (Viena, Austria). Presidente de la Fundación Internacional Bases (Rosario, Argentina). Premio a la Libertad 2005, otorgado por la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.






La semana pasada tuve la suerte de recorrer España. ¿Vacaciones? No. Pero con algo casi tan placentero. Estuve visitando Málaga, Madrid, Castellón y Santiago de Compostela con el Free Market Road Show, el evento libertario más grande del mundo. Los amigos españoles no han perdido ni el interés ni la esperanza respecto de Argentina y muchos me preguntaban qué evaluación hacía de la presidencia de Mauricio Macri. De hecho, pude hablar de este y otros temas en La ContraCrónica, el podcast del genial Fernando Díaz Villanueva, que en 2018 tuvo más de cinco millones de descargas.
 
De cualquier forma, explicar la Argentina suele ser complejo.
 
Partamos de la base que hoy tenemos un país cuya inflación es peor que la de los años del kirchnerismo. En efecto, la inflación del 47 por ciento en 2018 es la más alta en casi tres décadas.
 
Los tristes récords no se detienen allí.
 
La deuda pública del país saltó en más de 20 puntos porcentuales medidas respecto del PBI. Así, con una deuda equivalente a casi el 80 por ciento de su producto bruto, Argentina tiene el gobierno más endeudado de Latinoamérica.
 
En términos de déficit fiscal, la administración de Cambiemos lo hizo incluso peor que la de Cristina Kircnher y Axel Kicillof. Tal como explica el economista y candidato a presidente, José Luis Espert, mientras que los K dejaron el gobierno en 2015 con un déficit de 6 puntos del producto bruto, “el mejor gabinete de los últimos 50 años” lo llevó en 2017 a 7,1 por ciento. Sin embargo, puede que este año el déficit se reduzca notoriamente. Miguel Ángel Broda estima que el déficit primario podría ser de tan sólo uno por ciento.
 
Pero estas no parecen cifras para festejar. En cierto sentido, la administración de “Cambiemos” ha sido más un “Continuemos” y hasta incluso un “Profundicemos”. 
 
¿Debemos entonces pensar que los más de tres años de presidencia de Macri son un absoluto fracaso? Creo que la respuesta es no.
 
Y la mejor metáfora que se me ocurrió para describirle la situación a mis amigos españoles es la de pensar en Argentina como una región anteriormente gobernada por el Estado Islámico (ISIS) que fue liberada.
 
La situación post-ISIS seguro no es paradisíaca. Basta con ver el ejemplo de la ciudad de Raqqa, primera “capital” del califato de ISIS, para entender que la reconstrucción no es tarea fácil. Pero eso no opaca el hecho de que ISIS no está más. La administración Macri le ha dado a la Argentina esa bocanada de aire fresco que se alcanza cuando una banda de saqueadores y autoritarios es reemplazada por una administración que, por caso, no desea abolir el poder judicial.
 
La pregunta correcta no es, por tanto, si la presidencia de Macri es un fracaso total sino, ¿por qué hay tanta desazón a tres años y medio de comenzado su mandato? Y aquí, parafraseando a Clinton, hay que responder: “Es el liberalismo, estúpido”. Lo que la administración Macri no ha sabido, podido o, probablemente, querido es implementar políticas liberales.
 
Ni siquiera han sabido leer los resultados de sus propias acciones de gobierno. Por ejemplo, en el sector de la aviación la mínima apertura realizada ha provocado que la oferta de vuelos se haya multiplicado mientras que los precios colapsaron. Esto, entre otras cosas, ha permitido que miles de argentinos puedan volar por primera vez en su vida.
 
Así, mientras que algunos trasnochados creen que deberían sumar al peronismo a la alianza de gobierno, realmente deberían estar pidiendo sumar liberales que entiendan cuáles son las reformas que el país necesita para salir de la decadencia.
 
A tres años y medio de llegar al poder, el gobierno de Macri en ningún momento comprendió que es el emergente de un cambio social. Tras los excesos y disparates del kirchnerismo, la ciudadanía ha dado muestras de agotamiento respecto del populismo y llevó a Cambiemos al poder para verdaderamente transformar al país. Este hecho no deja de ser positivo y razón de optimismo. Lo que resulta penoso es que ni Macri ni los líderes de Cambiemos hayan estado a la altura hasta ahora.
 


Fuente: La Opinión Incómoda (https://medium.com/la-opinión-incómoda)  
 

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